Su cabeza daba vueltas veía todo con tonalidades pálidas y sin vida, él se sentó a su lado y la abrazó.
Una hora más tarde ella despertó y él seguia su lado contemplando su blanca piel, grandes ojos miel y su mirada fija. Ella se levantó del suelo, tenía ramas entre su vestido azul; lo tomó de la mano y le sonrió de tal manera que su vida sería diferente desde ese momento.
Una hora más tarde ella despertó y él seguia su lado contemplando su blanca piel, grandes ojos miel y su mirada fija. Ella se levantó del suelo, tenía ramas entre su vestido azul; lo tomó de la mano y le sonrió de tal manera que su vida sería diferente desde ese momento.
Pasaron las horas, no sabían cómo habían llegado a ese lugar pero no les importaba; el cielo estaba entre rojo y rosa, su vida era perfecta.
Era apróxidamente 20 de Enero no recuerdan el año, el día que todo cambio en el cual sus vidas se fueron por un precipicio, ella le dijo: Jamás tocarás mis labios, jamás tendrás mi cuerpo, jamás respiraras cerca de mi, créeme así todo será perfecto". él simplemente le sonrió y le dedicó una nube más.
Él despertó en medio de un campo abierto lleno de pequeñas flores amarillas y algunas blancas, despertó con la luz de la mañana en sus ojos verdes tomó un respiro, sabía que ella no iba a regresar jamás.
Desde el momento en que ella le sonrió todo tuvo sentido y no extrañó la vida que tuvo antes de conocerla.
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