Nuestras cosas.

Podría estar contando su historia...

jueves, 22 de noviembre de 2012

Historia I



Y ahí estaba yo mirándome los dedos con mucha ironía, mis dedos estaban llenos de eso -¿ironía?, sí,ironía-. No me podía levantar de aquella cama fría color almendra todo daba vueltas a mi alrededor, todavía podía sentir su ausencia y mi carencia de él.

Me dormí y empecé a soñar con muchos lugares, fuera de este miserable mundo, llenos de flores color rosa y nubes que formaban frases, él me tomó de la mano -¿estás bien?-, cómo podría estar bien sin ni siquiera merezco ver sus grandes ojos color café - Sí, estoy bien- respondí -simplemente algo aturdida-. Llevaba el mismo vestido hace dos días su color ya no era verde, y mis ojos ya no estaban en su lugar los sentía en la espalda.

Me tomó de la mano y me guió hasta su pecho, fue el abrazo más doloroso que él me pudo dar, sentía en el su adiós. Lo miré fijamente a los ojos, los tenía perdidos, estaban más perdidos que yo; en ese momento me sentí miserable - podría quedarme contigo toda la vida, podría - le susurré al oído, él se apartó de mi y siguió su camino.

Desperté en la misma habitación, pero ya no tenía puesto el mismo vestido verde su color se había vuelto un poco más marchito mis manos ya no estaban llenas de ironía, ahora simplemente estaban blancas y resecas, me levanté de la cama y reaccioné al ver a mi alrededor lleno de nada, tal vez solo fui soledad enfrascada en un cuerpo sin ganas de seguir ahí, pero había algo igual, él seguía presente en su ausencia.

sábado, 2 de junio de 2012

Ojalá, mi siempre.


Ojalá el tiempo hubiese parado cuando dejaste de estar aquí, ojalá todavía pudiera verte llegar por el camino de siempre con la cara de siempre.

Cada año será igual desde que ya no estás, para mi sonreír sin razón alguna no es tan fácil siempre admiré la valentía y la facilidad con la que hacías que todo pareciera mejor. No quise regresar a casa menos mal ya no está ahí el lugar en el cual alguna vez el aire pudo ser hasta color rosa con manchitas blancas o azules, no había un lugar más allá del canto de los pájaros rojos con negro y picos plateados, yo pertenecí a ese lugar fue necesario partir.

Siempre seré una princesa con vestido azul que busca la parte de la felicidad que contigo dejó de respirar un miércoles, siempre esperaré parada en la puerta de cualquier lugar; ojalá el lugar que llame hogar.

No es fácil pretender que todo pase, que todo baile al compas del momento si ya no tiene un ritmo fijo, no tiene sentido pretender ser feliz si cada mes es más complicado aceptar una mirada y una sonrisa más sombría que la del mes anterior.

He visto cosas hermosas, realmente hermosas he visto como el amor florece y está presente siempre; ahí esperando la respuesta del otro lado del puente.

A nosotros nunca nos gustó esperar para tener lo que queríamos ¿verdad? siempre fue la absurda necesidad de saber que todo estaba ahí esperándonos a nosotros no nosotros a eso.

Llegó el día de regresa a casar y ver que todo era diferente, ya no eran los mismos pájaros y sus picos extraños ahora todo fue diferente sin ti, sin tu sonrisa sin la felicidad sin nada. Si pudiera devolver el tiempo no cambiaría ese miércoles tal vez cambiaría la manera en la cual sucedió y tal vez, sólo tal vez cambiaría
la forma en la que jamás me despedí de lo más puro y perfecto que una vez tuve en la vida, en mis planes no estaba que fuera tan difícil ni tan necesario decir un día adiós de esta manera.

El tiempo jamás va a parar mi ni me va a esperar para poder decir adiós a cualquiera que esté ahí.
 El tiempo castiga y enseña.

jueves, 19 de abril de 2012

No fue mas abril

El cielo se partió en dos, jamás lo vi tan hermoso como aquella noche; él iba y venía, se despedía, lloraba y volvía, lo vi caer muchas veces, estaba ahí siempre con él.
La madrugada llegó con su manto y sin respuestas, con lagrimas y algún licor barato.
Esa madrugada estaba con él, pero no tan cerca como pensé, él vivía en un mundo con altas montañas, árboles enanos y hadas con cantos mortales.

Yo vivía lejos de él, siempre juntos pero sin nada que decir, con los labios sellados por el frío de nuestras inexpresivas almas, decidí mirarlo a los ojos, tal vez así encontraría alguna respuesta, pero él estaba vacío ya no era mi vaso medio lleno, ya no era más el tipo de sonrisa encantadora que conocí aquel abril.

Lo conocí en abril, el mes de las flores y el viento abrazador, lo conocí sin nada que perder tampoco que ganar, su forma de mover los labios me envolvió.
Mi corazón que parecía ausente desde siempre volvió a estar conmigo y se empeñó en endulzarme el oído, la lógica y la calma simplemente se fuero lejos.
Justo cuando pensé que todo sería distinto, en octubre todo se fue por el camino por el que no se puede correr, ni llorar; se fue por el camino del olvido.

Me olvidó justo el día en que el cielo parecía partirse en dos, nos dedicamos a olvidarnos lentamente, estar junto a un tipo encantador no lo fue más.
Estar esperando una palabra adecuada expiró, amar sin saber qué es amor no fue suficiente para cegarnos a ninguno de los dos.
nunca pudimos decir el tan anhelado y doloroso "adiós" él se fue primero que yo, no le pude decir todo, no le pude decir el nada y los tantos.

Aunque él jamás entienda porqué solté el amor y lo deje ir por el camino equivocado, tampoco trataré de explicarlo no es tan fácil como huir como un cobarde.
Jamás dije nunca, siempre dije jamás. 

Las hadas de su mundo, su pequeño e insignificante mundo cantaron el fin.

domingo, 25 de marzo de 2012

Secuencia


Uno sin el otro en otra parte, otro lugar, otro país, otra estación.
El amor se iba y venía como las lágrimas de alegría, como las lagrimas de alergia.

Estaba perdido, perdido en la monotonía en un camino sin salida, en un camino lleno de nada.

Sin saber, sin pensar, sin probar y sin saber. La extrañó, la lloró, la amo, le rogó, le suplicó pero igual ella lo dejó. Pensó que jamás lo aguantaría, que no lo soportaría pero ella llegó ,lo miró, le habló, lo besó, lo toco y el fue feliz. Fue feliz como un niño en navidad, como las flores en primavera, fue feliz como lo merecía.

La odió, la detesto, la extraño y la volvió a amar, se volvió su mal necesario.
A él nunca nadie le explicó, el amor es así: necesitar, estar, desear, odiar, sufrir, extrañar, superar, aguantar y resignación.

viernes, 9 de marzo de 2012

Cifras

Había por lo menos cien mil personas caminando por el mismo lugar pensando veinte mil cosas distintas.
 
Estabámos sentados en una esquina millones de palabras flotaban. Yo me recostaba en él y sentía tres millones de cosas a la vez, y él seguía mirando hacía la otra esquina con la esperanza de marcharse, cerré los ojos y lo besé como siempre pero él sólo me besó y siguió parloteando sobre mil cosas más.

Le tomé la mano y le dije que lo amaba como jamás podría amar a nadie, él sólo me sonrió, y sí, con esa sonrisa afanada e insípida después de un silencio incomodo se marcho, yo me quede sentada y tres mil seiscientos segundos después seguía sin entender y sólo pensaba ¿será el clima, la noche, la brisa?
 
Pasó como siempre pasa y seguirá pasando: dejó de importar después de quinientos y un días.
 
Después de todo la última noche que nos vimos se despidió con un beso en la frente...

lunes, 16 de enero de 2012

Y su sonrisa.

Su cabeza daba vueltas veía todo con tonalidades pálidas y sin vida, él se sentó a su lado y la abrazó.

Una hora más tarde ella despertó y él seguia su lado contemplando su blanca piel, grandes ojos miel y su mirada fija. Ella se levantó del suelo, tenía ramas entre su vestido azul; lo tomó de la mano y le sonrió de tal manera que su vida sería diferente desde ese momento.

Pasaron las horas, no sabían cómo habían llegado a ese lugar pero no les importaba; el cielo estaba entre rojo y rosa, su vida era perfecta.

Era apróxidamente 20 de Enero no recuerdan el año, el día que todo cambio en el cual sus vidas se fueron por un precipicio, ella le dijo: Jamás tocarás mis labios, jamás tendrás mi cuerpo, jamás respiraras cerca de mi, créeme así todo será perfecto". él simplemente le sonrió y le dedicó una nube más.

Él despertó en medio de un campo abierto lleno de pequeñas flores amarillas y algunas blancas, despertó con la luz de la mañana en sus ojos verdes tomó un respiro, sabía que ella no iba a regresar jamás.

Desde el momento en que ella le sonrió todo tuvo sentido y no extrañó la vida que tuvo antes de conocerla.