Lo conocí en un lugar donde la gente nunca se conoce, lo había visto un par de veces (nada especial). Tal vez fue un domingo (día hecho para olvidar) cuando por primera vez lo noté, tenia algo especial en él pero también vi una sonrisa rota y cansada.
A pesar de no tener nada para perder y mucho menos que ganar decidimos ayudarnos en silencio sin saberlo. Caminamos, su sonrisa ya de pronto no estuvo tan rota y mis ganas por seguir ahí siguen intactas al igual que la pequeña burbuja en la que día a día me veo envuelta con él. Juré que nunca lo dejaría marchar con su sonrisa rota de nuevo.
Hoy me di cuenta que mi vida realmente cambió el día que conocí al hombre que me enseñó que no todo podía estar mal, el mismo que cuando conocí me sorprendió con la sonrisa rota y cansada más hermosa que vi en toda mi vida.
"La sensbilidad es superior a la inteligencia como la armonía lo es al amor."
ResponderEliminar