
Su voz nunca le pareció tan familiar hasta que ella le dio
el beso, el beso de despedida.
Una tarde ella iba camino a casa como siempre con su gran
abrigo negro que cubria toda las cicatricesde los enfrentamientos brutales con su yo interior; sintió
la una leve brisa pasar por sus labios y hasta rozó su corazón, ella pensó: - es una de esas tardes en las que el corazón
pide a gritos unas cuantas gotas de "aprende a sobrevivir", pasó por el frente de un pequeño bar entró y se sentó en la
barra le pidió al mesero una copa de vino y le dijo: - ¿ usted cree en el
amor?, ¿usted cree que cada persona tiene una mitad esperándolo en algún
lugar?, ¿usted cree que tengo cara de ser tan despiadada como para dejar un
corazón roto tan joven?, verá señor tengo "X" años y no sé de qué hablo, no sé como pedirle deseos a estrellas y no sé que
se siente llorar hasta perder la razón, no sé que hago aquí a plena luz del día hablando con usted que probablemente no tendrá muchas respuesta para mi, no sé que hacia con él ni tampoco sé que hice todo el tiempo
que me llevó de su mano a un lugar probablemente mejor para mi.
Yo jamás lo quise (miento) viví de pocas ilusiones pero
siempre quise lo que jamás tendré ¿me entiende?, y ahora pasados algunos meses desde que me reconoció como nada en su vida yo
le cuento parte de mis delirios y usted se dedica a servirme más "aprende a sobrevivir" con gotas de "todo
tiempo pasado probablemente no fue mejor".
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