Nuestras cosas.

Podría estar contando su historia...

sábado, 19 de abril de 2014

Lucía


Siempre quise vivir en un lugar distinto con una idea diferente de lo que debía ser mi vida.

Conocí a Lucía un otoño, las hojas caían de los árboles y sus colores fuego eran increíbles parecían un sueño. Lucía y yo nos hicimos amigas de inmediato, ella la mayoría del tiempo tenía esa expresión extraña en su cara como si algo no fuese suficiente o se le hubiese extraviado algo que amaba, por mi parte siempre estaba fantaseando sobre cómo poder hacer algo distinto con mi vida.

El tiempo pasó y cada día fuimos más cercanas, pero ella nunca me contó que era lo que en realidad le sucedía, era imposible tratar de descifrarlo en su mirada, era de esas personas que tenían los ojos completamente vacíos, llenos de nada. Mi vida como de costumbre parecía un mal cuento, de esos que no se saca ni siquiera un buen consejo a futuro, el tiempo siguió pasando.

Lucía encontró la manera de desaparecer, un día no la encontré más, en los días malos ya no estaba a mi lado, nadie la volvió a ver , el pueblo era bastante pequeño era imposible que hubiese desaparecido.

Mi vida nunca tomó un rumbo distinto y con la desaparición de Lucía un pedazo de mi se fue con ella...tal vez siempre extrañé esa forma en la que miraba con una expresión perdida, sin ilusión, esa expresión siempre me va a recordar mi vida pasada, la vida en la que sin ella no hubiese tenido nada que contar ahora. Me dio un respiro aquella manera extraña de querer, Lucía nunca quiso a un hombre ni a una mujer en realidad, Lucía era más que ello, Lucía fue mi vida futura, desapareció el día que empecé a vivirla.

miércoles, 8 de enero de 2014

La nana y la muerte



La brisa, el tiempo, llanto, risa, abrazos, besos, caras llenas de dudas, pero sobre todo la tristeza adornaba aquel lugar.

No dormí en toda la noche, llevaba más de 24 horas sin dormir pero el tiempo parecía mi enemigo, el único enemigo implacable.

Hablé con muchas personas cada una tenía una razón para no sonreír, pero yo era la que menos tenía para decir en ese momento, huí de aquel sitio y me dirigí a su habitación. Allí estaba ella, sentada en la cama como muchas veces la vi y pensé: "¿Qué puede saber una niña de 16 años sobre la muerte?", no fui capaz de buscar una respuesta.

Se demoró unos minutos en mirarme a los ojos, pero fue capaz de sonreír entre tanto dolor y frustración, la abracé, era imposible decirle que todo estaría bien porque las dos éramos conscientes de que nunca más sería así.

Sus pies colgaban de la cama, jugaba a encontrarle forma a las manchas en la pared mientras yo lloraba sin poder respirar, todo aquello que un día creí imposible hoy se materializaba ante mis ojos. Pasados unos minutos el golpeteo de sus pies cesó, me miró y me dijo: "Está bien, vas a estar bien,  yo solo quiero un poco de agua". Y se desplomó sin más en la cama.


Fue increíble ver como la vida abandonaba aquel cuerpo humano, el color se esfumó con su último suspiro. 

Le tarareé su nana favorita hasta que se fue.

domingo, 14 de abril de 2013

Historia III




Recuerdo claramente tres cosas:

Recuerdo que desperté en el lugar de siempre, pero algo estaba distinto, al principio no lo pude notar pero después me di cuenta como todo se caía a pedazos ante mis ojos, intente cubrirme pero no funcionaba era inevitable, todo absolutamente todo estaba cambiando, al final decidí quedarme sentada aún adormilada y ver como todo en lo que alguna vez creí se quebraba.

La segunda cosa que logro recordar es estar frente del televisor viendo "El señor de los anillos", las horas más largas de mi vida intentando entender algo, los dos estábamos en silencio no era necesario hablar para saber que nos dolía, extrañábamos y nos sentíamos vulnerables ante lo mismo, juntos respirando el mismo aire pero algo no estaba bien, algo se había ido, las palabras nunca lograron salir y darme un "todo estará bien" no era necesario porque nunca volvieron a estarlo.

Finalmente entre mi mente logré rescatar algo que me hizo unir un poco las piezas, ¿por qué?, ¿por qué así?, no sé, cada vez que intento dormir y no lo logro, recuerdo cada cosa, sensación, lagrima y él.

Nunca me perteneció, las cosas no se quebraron, solo cambiaron. No teníamos palabras porque no eran necesarias, no existió despedida, yo nunca le dije adiós porque fue la única vez en mi vida que pensé que todo saldría bien y...

sábado, 16 de marzo de 2013

Historia II


Lo conocí en un lugar donde la gente nunca se conoce, lo había visto un par de veces (nada especial). Tal vez fue un domingo (día hecho para olvidar) cuando por primera vez lo noté, tenia algo especial en él pero también vi una sonrisa rota y cansada.

A pesar de no tener nada para perder y mucho menos que ganar decidimos ayudarnos en silencio sin saberlo. Caminamos, su sonrisa ya de pronto no estuvo tan rota y mis ganas por seguir ahí siguen intactas al igual que la pequeña burbuja en la que día a día me veo envuelta con él. Juré que nunca lo dejaría marchar con su sonrisa rota de nuevo.

Hoy me di cuenta que mi vida realmente cambió el día que conocí al hombre que me enseñó que no todo podía estar mal, el mismo que cuando conocí me sorprendió con la sonrisa rota y cansada más hermosa que vi en toda mi vida.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Historia I



Y ahí estaba yo mirándome los dedos con mucha ironía, mis dedos estaban llenos de eso -¿ironía?, sí,ironía-. No me podía levantar de aquella cama fría color almendra todo daba vueltas a mi alrededor, todavía podía sentir su ausencia y mi carencia de él.

Me dormí y empecé a soñar con muchos lugares, fuera de este miserable mundo, llenos de flores color rosa y nubes que formaban frases, él me tomó de la mano -¿estás bien?-, cómo podría estar bien sin ni siquiera merezco ver sus grandes ojos color café - Sí, estoy bien- respondí -simplemente algo aturdida-. Llevaba el mismo vestido hace dos días su color ya no era verde, y mis ojos ya no estaban en su lugar los sentía en la espalda.

Me tomó de la mano y me guió hasta su pecho, fue el abrazo más doloroso que él me pudo dar, sentía en el su adiós. Lo miré fijamente a los ojos, los tenía perdidos, estaban más perdidos que yo; en ese momento me sentí miserable - podría quedarme contigo toda la vida, podría - le susurré al oído, él se apartó de mi y siguió su camino.

Desperté en la misma habitación, pero ya no tenía puesto el mismo vestido verde su color se había vuelto un poco más marchito mis manos ya no estaban llenas de ironía, ahora simplemente estaban blancas y resecas, me levanté de la cama y reaccioné al ver a mi alrededor lleno de nada, tal vez solo fui soledad enfrascada en un cuerpo sin ganas de seguir ahí, pero había algo igual, él seguía presente en su ausencia.

sábado, 2 de junio de 2012

Ojalá, mi siempre.


Ojalá el tiempo hubiese parado cuando dejaste de estar aquí, ojalá todavía pudiera verte llegar por el camino de siempre con la cara de siempre.

Cada año será igual desde que ya no estás, para mi sonreír sin razón alguna no es tan fácil siempre admiré la valentía y la facilidad con la que hacías que todo pareciera mejor. No quise regresar a casa menos mal ya no está ahí el lugar en el cual alguna vez el aire pudo ser hasta color rosa con manchitas blancas o azules, no había un lugar más allá del canto de los pájaros rojos con negro y picos plateados, yo pertenecí a ese lugar fue necesario partir.

Siempre seré una princesa con vestido azul que busca la parte de la felicidad que contigo dejó de respirar un miércoles, siempre esperaré parada en la puerta de cualquier lugar; ojalá el lugar que llame hogar.

No es fácil pretender que todo pase, que todo baile al compas del momento si ya no tiene un ritmo fijo, no tiene sentido pretender ser feliz si cada mes es más complicado aceptar una mirada y una sonrisa más sombría que la del mes anterior.

He visto cosas hermosas, realmente hermosas he visto como el amor florece y está presente siempre; ahí esperando la respuesta del otro lado del puente.

A nosotros nunca nos gustó esperar para tener lo que queríamos ¿verdad? siempre fue la absurda necesidad de saber que todo estaba ahí esperándonos a nosotros no nosotros a eso.

Llegó el día de regresa a casar y ver que todo era diferente, ya no eran los mismos pájaros y sus picos extraños ahora todo fue diferente sin ti, sin tu sonrisa sin la felicidad sin nada. Si pudiera devolver el tiempo no cambiaría ese miércoles tal vez cambiaría la manera en la cual sucedió y tal vez, sólo tal vez cambiaría
la forma en la que jamás me despedí de lo más puro y perfecto que una vez tuve en la vida, en mis planes no estaba que fuera tan difícil ni tan necesario decir un día adiós de esta manera.

El tiempo jamás va a parar mi ni me va a esperar para poder decir adiós a cualquiera que esté ahí.
 El tiempo castiga y enseña.

jueves, 19 de abril de 2012

No fue mas abril

El cielo se partió en dos, jamás lo vi tan hermoso como aquella noche; él iba y venía, se despedía, lloraba y volvía, lo vi caer muchas veces, estaba ahí siempre con él.
La madrugada llegó con su manto y sin respuestas, con lagrimas y algún licor barato.
Esa madrugada estaba con él, pero no tan cerca como pensé, él vivía en un mundo con altas montañas, árboles enanos y hadas con cantos mortales.

Yo vivía lejos de él, siempre juntos pero sin nada que decir, con los labios sellados por el frío de nuestras inexpresivas almas, decidí mirarlo a los ojos, tal vez así encontraría alguna respuesta, pero él estaba vacío ya no era mi vaso medio lleno, ya no era más el tipo de sonrisa encantadora que conocí aquel abril.

Lo conocí en abril, el mes de las flores y el viento abrazador, lo conocí sin nada que perder tampoco que ganar, su forma de mover los labios me envolvió.
Mi corazón que parecía ausente desde siempre volvió a estar conmigo y se empeñó en endulzarme el oído, la lógica y la calma simplemente se fuero lejos.
Justo cuando pensé que todo sería distinto, en octubre todo se fue por el camino por el que no se puede correr, ni llorar; se fue por el camino del olvido.

Me olvidó justo el día en que el cielo parecía partirse en dos, nos dedicamos a olvidarnos lentamente, estar junto a un tipo encantador no lo fue más.
Estar esperando una palabra adecuada expiró, amar sin saber qué es amor no fue suficiente para cegarnos a ninguno de los dos.
nunca pudimos decir el tan anhelado y doloroso "adiós" él se fue primero que yo, no le pude decir todo, no le pude decir el nada y los tantos.

Aunque él jamás entienda porqué solté el amor y lo deje ir por el camino equivocado, tampoco trataré de explicarlo no es tan fácil como huir como un cobarde.
Jamás dije nunca, siempre dije jamás. 

Las hadas de su mundo, su pequeño e insignificante mundo cantaron el fin.